14/01/2009 | CREA: "Una catástrofe climática se extiende por más de la mitad del área agrícola argentina"
“Más de la mitad de la superficie productiva argentina está atravesando una catástrofe climática potenciada por una elevada presión impositiva, restricciones financieras y bajos precios de los granos, la leche y la hacienda”. Así lo indica un comunicado enviado hoy por Aacrea.
“La ganadería y la lechería están vegetando. La cosecha de trigo fracasó en buena parte de las regiones cerealeras. Los cultivos de maíz y de girasol fueron liquidados en muchas zonas productivas por la falta de agua. La última carta del ciclo 2008/09 se juega con una cosecha de soja buena que pueda venderse a precios aceptables. Si esa carta no sale, la crisis actual podría llegar a ser un grato recuerdo”, añade el comunicado.
En todas las campañas existen sequías. Pero éstas por lo general están localizadas en zonas puntuales y finalmente el promedio nacional las termina compensando.
“El problema es que la crisis climática vigente es histórica porque se extiende sobre enormes áreas de muchas regiones vitales para la producción agrícola argentina”, explica el comunicado de los grupos CREA.
La crisis habita desde el sur de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, atravesando las principales regiones bonaerenses, para luego trepar por toda la extensión de Entre Ríos, centro y norte de Santa Fe, Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y norte de Córdoba.
Entre Ríos
Fernando Selasco es un tambero de la localidad entrerriana de Nogoyá, donde las lluvias fueron insignificantes en el último año. Este año sembró 50 hectáreas de sorgo granífero (destinado a las vacas propias) y otras 100 hectáreas de soja.
“El sorgo viene sufriendo la falta de agua, mientras que las sojas aún no lograron cerrar el surco y sufren un ataque feroz de hormigas: ya les pasamos dos fumigadas y los insectos siguen apareciendo”, apunta Selasco.
Las vacas por el momento están comiendo praderas residuales que pudieron descansar bien durante el último invierno. Sin embargo, en unos quince días esa comida se habrá acabado.
“La situación del tambo es crítica: no nos quedan más reservas y lo que sembró para hacer reservas –el sorgo– probablemente rinda la mitad o menos de lo obtenido el año pasado”, señala Selasco.
En toda la provincia de Entre Ríos las 158.000 hectáreas sembradas con maíz están prácticamente perdidas por la sequía y las altas temperaturas. Por este motivo, Selasco –que este año no sembró maíz– está buscando en la zona lotes fallidos para picarlos o hacer rollos húmedos a cambio de pagarle al propietario del campo una suma que lo ayude a recuperar lo invertido.
“La última sequía fuerte en nuestra zona que recuerdo es la de 1999, pero ese año hubo unos seis meses sin llover, mientras que el problema actual lo venimos arrastrando desde el otoño del año pasado”, recuerda.
Además del factor climático, el precio pagado por la leche en la zona es de apenas 0,70 $/litro. “Si esto sigue así, en los próximos meses vamos a tener usar las reservas del invierno y en el invierno no sé qué es lo que vamos a hacer”, dice Selasco.
Norte de Buenos Aires
Juan Minvielle administra un campo ubicado en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles. En todo el año 2008 recibió 524 milímetros de lluvias, cuando lo habitual es un registro superior a 1000 milímetros.
De todas maneras, Minvielle es afortunado si se compara con sus vecinos del norte: en la zona de San Pedro muchos campos no lograron recibir más de 400 milímetros el año pasado y parecen desiertos.
“La soja de primera sembrada en octubre está muy complicada por la falta se agua: se encuentra en plena floración (fase en la cual se define el rendimiento del cultivo) y con un gran ataque de insectos”, indica Minvielle.
Norte de Santa Fe
Alexis Paduan es un productor de Villa Ana, una zona del norte de Santa Fe en la cual las lluvias se cayeron a niveles dramáticos
Fuente: Infocampo