06/03/2009 | La producción argentina de maíz se reduciría el 36% y la de soja el 10% en esta campaña
Según datos emitidos por la Bolsa de Comercio de Rosario la producción sojera para la campaña 2008/09 sería de 41,7 millones de toneladas frente a los 50 millones que se esperaban en octubre. Mientras que la seca en el maíz dejaría algo más de un millón de hectáreas sin cosechar.
La extensa y continua sequía quebró las expectativas de superar los 50 millones de toneladas de soja, cual habría sido la intención de los productores. De las 18,5 millones de hectáreas que se esperaban sembrar inicialmente, se habrían logrado implantar alrededor de 17 millones de hectáreas. La recuperación en las expectativas de rinde que permitieron las lluvias ocurridas en febrero no fueron suficientes, ya que los rindes igualmente descenderían en un 9,4% respecto de la campaña 2007/08.
De tal manera, GEA (la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Rosario) estima que con un rinde de 25,5 qq/ha, la producción de soja podría ascender a 41,7 millones de toneladas para esta campaña 2008/09. Esto es de acuerdo a las condiciones observadas hasta mediados de febrero.
Mientras que la pérdida en soja tendría como foco de atención la productividad unitaria, en el cultivo de maíz llama la atención la superficie que podría no levantarse al cierre de la recolección.
Además de una intención de siembra menor, las prolongadas condiciones adversas a la hora de sembrar determinaron una disminución del 20% en la superficie finalmente implantada.
La continuidad de la sequía durante las etapas vegetativas y reproductivas del cereal, con lluvias intermitentes y de cobertura irregular, determinaría que un millón de hectáreas no dará maíz para ingresar al circuito comercial. La merma es de un 36% respecto de la campaña 2007/08, ciclo en el que también se sufrió la falta de agua. Con 60,5 qq/ha, los analistas estiman que la producción de maíz podría ser de 14 millones de toneladas.
El nivel de precios internacionales y la falta de financiamiento en el sector obligaron a ajustar la inversión en tecnología aplicada en los cultivos. En el caso del maíz, el desacople de la relación insumo / producto entre este cereal y el valor de la unidad de nitrógeno y fósforo, dejó con serias dificultades la posibilidad de realizar un correcta dosificación, para obtener plantas de mayor vigor y enfrentar la falta de agua.
Como ocurrió en la campaña triguera, buena parte de los cuadros implantados quedaron subfertilizados, limitando desde el comienzo las posibilidades de expresión del potencial de rinde.
En soja, muchas siembras se realizaron con menores dosis fosfatadas o se omitieron y se afectó también hasta el uso de los productos inoculantes. A esto, hay que sumarle que el nivel de plagas como “trips”, “arañuelas”, “bolillera” y “defoliadoras” fue muy severo durante todo el ciclo. Esta mezcla, junto a otros fenómenos meteorológicos, podría dejar marginadas de la colecta a casi 410.000 hectáreas sembradas con soja.
Una propuesta
El director ejecutivo de Maizar, Martín Fraguío, sostuvo que el país debería posicionarse en la agroindustria y en el mercado internacional de los biocombustibles. De todas maneras, reconoció que “el Gobierno debe dar condiciones adecuadas y previsibles, para que el productor pueda tomar nuevamente al maíz como alternativa válida en su rotación”. En la actualidad, cada 6 hectáreas de soja se implanta una de maíz, cuando la proporción llegó a ser de tres a uno.
Para el experto es necesario “transparentar el mercado argentino de futuros, bajar las retenciones (son del 20%) y poner en marcha planes para acceder a fertilizantes mediante la desgravación del Impuesto a las Ganancias”, entre otros recursos.
Según estudios del INTA de Pergamino, la superficie nacional de maíz implantada es de 820.000 hectáreas menos respecto del ciclo anterior. Pero en la cosecha se verá que muchos lotes desaparecieron porque fueron levantados para forrajes o quemados por la sequía.
Fraguío, directivo de la entidad<
Fuente: La Gaceta de Tucuman